Las cumbres de la Sierra de Guadarrama se levantan enhiestas e
infinitas más allá de pueblos y Comunidades Autónomas, son mandamientos de
piedra escritos en los siglos para alertarnos de la pequeñez de las fronteras
físicas, mentales… que nos ponemos los humanos por asuntos de tortuosidad
mental.
Diversas leyendas adornan las cumbres de esta majestuosa y preciosa
montaña con diferentes cumbres. La mujer muerta o mujer dormida por los siglos,
tiene su origen, dicen unos, en una doncella que murió de amor al no ser
correspondida por un caballero que no volvió, una neblina de tul cubre con frecuencia
su cuerpo en forma de nube transparente.
Cuentan otros que es la madre de dos jefes de tribu que prepararon sus
ejércitos para enfrentarse en una guerra fratricida de sucesión; la madre
ofreció su vida a los dioses a cambio de la muerte de uno o acaso de los dos
hijos. La mañana en que se enfrentarían los dos ejércitos amaneció con una altísima
montaña entre ambos… los hermanos comprendieron que era su madre muerta y
presente para eterno recuerdo en la memoria. Cuentan que, de vez en cuando, los
espíritus de sus dos hijos, en forma de nube, se acercan a besar las mejillas
de su madre.
Panorámica de la MUJER MUERTA vista desde la cima del Montón
de Trigo. Dicen que La Pinareja corresponde a la frente, El Oso son la manos
cruzadas sobre el pecho, a continuación el Pico Pasapán corresponde a los pies
que continúa bajando por la Majada Pielera. Más allá se divisa La Serrota en la
provincia de Ávila y Gredos.
Para llegar al Montón de Trigo, habíamos subido hasta Cerro Minguete
desde el aparcamiento de Majavilán y el Puerto de la Fuenfría. El camino por
estas montañas es siempre una ensoñación de esperanza y libertad, entre el sol,
la nevada y el vuelo libre del corazón.
Desde Cerro Minguete, con las botas clavadas en la nieve,
contemplamos de inmediato la falda del Montón de Trigo por donde subiremos hasta su cumbre; un poco más allá, La Pinareja y El
Oso.
Javier Agra.
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