Fuimos muy
felices en Londres.
Londres es
diverso, inmenso, solemne, sosegado, hermoso…
Las guías
turísticas de Londres ocupan numerosísimas páginas para diferentes gustos.
Pero aún quedan
escondidos lugares que no entran en ninguna página de esta amplia propuesta.
Buscar a Charlie
Chaplin se adueñó de nuestro corazón.
En un escondido
barrio del sur de la ciudad se encuentra East Street. Allí las vistas son bien
distintas. Desde el metro de Kennington tuvimos mucho tiempo de paseo y de
autobús. Mientras nos acercamos, se va diluyendo la gran ciudad, aumentan
signos de necesidades y pobreza.
Londres se sale
de sus propios mapas.
Esta
es la calle en la que parece que nació Charlie Chaplin. Londres se ha salido de
sus mapas, no aparece entre las ofertas turísticas.
La entrada de la
calle mantiene una placa como recuerdo al genio cómico. Chaplin posiblemente
recordó estas callejas durante su vida, aparecen recreadas en su filmografía.
Nosotros, buscadores de Charlie Chaplin, recorremos East Street con la sonrisa
en el corazón y también con el corazón dolorido por esta parte de Londres que
está fuera de guías de turismo. En el aire se mantiene la sonrisa libre del
maestro; entre los cristales de las ventanas y sus inciertas casas vuela la
palabra esperanzada de tiempos mejores.
Casa en
la que vivió el admirado maestro parte de su infancia.
Los primeros
años, acaso toda su vida, fueron una constante búsqueda de futuro mejor. Vivió con
su madre en otras viviendas de diferentes calles. De modo que más caminatas y
más autobuses nos llevaron al número treinta y nueve de Methley Street. Un
pequeño parque sigue acogiendo las carreras de los niños y los juegos de
petanca de los mayores. La silenciosa calle recoge nuestra risa como homenaje. Diferentes comercios antiguos, escaparates aún activos son, sin duda, los mismos que viera en su infancia nuestro querido maestro Charlie Chaplin.
Una placa recuerda su paso por este lugar y un pequeño parterre mantiene viva
la flor perpetua de su fuerza y su sosiego.
Silenciosa y escondida calleja para conversar con Charlie Chaplin; muy cercano al
murmullo de la gran ciudad.
Londres le ha
puesto una estatua para que podamos visitar su recuerdo; ahora sí, ahora hemos
de entrar en la gran ciudad, en la hermosa Londres descrita en todas las guías
de turismo, junto al Soho. Ilusionados entramos en el Underground buscando la
estación de Leicester Square… y encontramos a Charlie Chaplin en la soledad de
una calleja lateral, en la escondida Lisle Street. Nos detuvimos largo tiempo
con él, conversamos, reímos juntos, le dimos el abrazo de todas las gentes que
buscan fortaleza y sosiego para construir un mundo más lleno de paz y libertad.
Pocas personas
se acercaron por este lugar de sonrisa, sosiego y fortaleza. A escasos metros,
Londres explota en ruido y fiesta, en viandantes y despreocupados paseantes…
se oculta el sol esta tarde de agosto cuando nos despedimos de Charlie Chaplin
con el final de “Tiempos Modernos”
. ¿Qué haremos
si no tenemos futuro?
. Anímate. No te
des nunca por vencida. Nos las arreglaremos.
Javier Agra.
P.D.: Fuimos muy
felices en Londres.
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