lunes, 11 de diciembre de 2017

PEÑA PINTADA: POEMA ÉPICO



De entre las diferentes jornadas mundiales que celebramos algún recuerdo, acontecimiento o memoria, el día ONCE DE DICIEMBRE está señalado como día internacional de las montañas; para celebrar tal efeméride recuerdo mi subida a la curiosa Peña Pintada en el Guadarrama de Madrid, hermoso mirador circular desde donde se divisa la Cuerda Larga incluida la Maliciosa, las Praderas de la Vaqueriza, Peña Horcón y otros diversos nombres de feliz memoria.

Con el recuerdo de la música de Pilatus, Montaña de Dragones del músico de Estados Unidos STEVEN REINEKE, Ohio 1970 salimos con el suave sonido de la música de viento de los primeros compases, cuando la mañana ponía la primera luz en la Barranca; alcanzamos la Senda Ortiz por un atajo, estábamos a la altura del embalse del ejército del aire. 

A mil seiscientos cincuenta metros, Senda Ortiz adelante, cruza la prolongación de la Senda del Chiquillo, por donde nos adentramos hacia el Mirador de las Canchas.

Cuenta la leyenda que en monte Pilatus vivía un dragón de pequeño tamaño pero de intensa furia que atormentaba a los habitantes de Lucerna y pueblos cercanos; un cazador salió a su encuentro… Casi como nosotros ahora que dejamos la Senda Ortiz para entrar en la prolongación de la Senda del Chiquillo que alcanzamos cerca de un árbol caído y seco con forma de enorme araña, araña inmóvil entre las trompetas y los platillos de la composición Pilatus que llenan el espacio mientras los montañeros alcanzan el Mirador de las Canchas por senderos no recorridos en anteriores aventuras.

Entre estas rocas cercanas a Peña Pintada, hemos comido la merienda en más de una ocasión.

Entre los pinos y las rocas subimos senderos pedregosos camino de Peña Pintada, no encontramos dragones, ni siquiera alimañas menores, si acaso alguna juguetona lagartija y varios pájaros cantores; no coincidimos tampoco con el guerrero valeroso que quiso liberar a las poblaciones de la fiereza del dragón.

Cima de Peña Pintada

Toda la orquesta entrega los sonoros acordes finales y la montaña Suiza del monte Pilatus se libera del dragón, cuando llegamos a la amplia cima de Peña Pintada de vistas preciosas en derredor. Cuenta la leyenda que el cazador también murió en el intento cuando le alcanzó una gota de sangre del dragón, nosotros vimos logrado nuestro objetivo y se nos alegró el corazón.

Por las cumbres y empinados recodos de la Cuerda del Cabrillas nos entretuvimos buscando dragones, solamente encontramos silenciosos buitres y canoras avecillas.

Continuamos nuestra marcha por las cumbres de la Cuerda de las Cabrillas; nos asomamos a diferentes riscos y empinados recodos, sin el menor rastro de dragones; cuando se nos cumplió el tiempo, descendimos monte a través hasta encontrar la Senda de la Tubería y regresar por senderos escondidos entre pinares hasta el aparcamiento donde el coche nos esperaba con gran gozo de todas sus válvulas, baterías y mecanismos mecánicos.

Al autor Steven Reineke y su música lo descubrí gracias a Radio Clásica en cuyos programas desemboqué después de comenzar a gustar la música hace ya cincuenta años; siendo aún un mozuelo nos juntábamos tres muchachos con un gran profesor que nos contaba anécdotas de algún compositor y nos ponía breves piezas en un tocadiscos de aquella época.

FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LAS MONTAÑAS.

Javier Agra.

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