Cuento que la
montaña de la que converso en estas entradas está en el extremo oeste del
Guadarrama, porque Almenara es también un hermoso lugar de Cuenca (Puebla de
Almenara) que incluye una bonita sierra del mismo nombre; Sierra de Almenara en
Lorca; Pico Almenara en la Sierra de Alcaraz, provincia de Albacete; además de
ser un topónimo presente por toda la geografía.
Desde la
cima de Almenara, bailan cúmulos en el azul del cielo; diversas cumbres de la
pequeña Sierra de Almenara, antes de posar nuestros ojos en las Machotas; más
allá Guadarrama entre la nevada y la sorpresa; bajo nuestras montañas, el valle
llega hasta el pueblo de Robledo de Chavela.
Un breve recorrido
del GR 10, es el camino que une el pueblo de Robledo de Chavela y la Ermita de
Nuestra Señora de Navahonda distantes unos once kilómetros, con frecuente
trasiego de gentes que allí llegan entre la devoción, el turismo y la
curiosidad (¿acaso curiosa casualidad?). Celebra su romería el domingo de la
Santísima Trinidad muy a final de mayo o metidos ya en junio. Allí llegamos los
dos montañeros a nuestro regreso del Pico de la Almenara; allí reposamos a
tomar una frugal colación sentados a una mesa entre el verdor de la hierba y la
calmosa conversación de las encinas; allí detuvimos nuestro paseo en la ermita
y su entorno.
Interior de
la Capilla del Humilladero. Ante la piedra del fondo, cuenta la tradición que
decidieron las caballerías detenerse; toda la comitiva entendió que la imagen
de la Virgen debería regresar a la cercana ermita.
De regreso,
próximos ya a la Ermita, hicimos parada en la capilla del Humilladero, donde
las caballerías que transportaban la imagen de la Virgen hacia Segovia
detuvieron su camino y se negaron a continuar; interpretaron los habitantes de
aquellos lugares que Nuestra Señora prefería permanecer en el lugar donde había
permanecido escondida algunos cientos de años y donde la había encontrado un
pastor. Parece que la había llegado a Segovia desde Sevilla, para liberarla de
tierras sarracenas; allá en los inicios del siglo doce las crueles fechorías de
un terrible conde segoviano enojaron tanto a la Virgen que su imagen fue a
refugiarse al lugar donde hoy se venera. Enseguida pretendieron recuperarla los
segovianos y ocurrió el suceso del Humilladero: allí se humillaron de hinojos,
caballerías y humanos, ante la imagen de la Señora.
Ermita de
Nuestra Señora de Navahonda; en primer plano, la cruz del humilladero.
El Pico Almenara
queda monte arriba en línea recta con la Ermita, acaso con mucho esfuerzo se
conseguiría hacer una subida directa pero el sendero tiene muy bien marcado el
camino por donde conté en la anterior entrada. Entre granito y encinas se
construyó el templo que ahora contemplamos, durante la segunda mitad del siglo
diecisiete en un barroco sencillo, con pórtico sostenido por cuatro columnas.
Aparte de cualquier consideración artística que se pueda expresar, es un lugar
de sencilla y firme construcción, porque está realizada por firmes convicciones
de personas sencillas.
Desde la
Ermita de Navahonda, en línea recta hacia el cielo, podemos ver la cumbre de Almenara;
las encinas dirigen la mirada hacia lo alto donde asoman el vértice geodésico
y la torreta de las señales. ¡cuán amplia es la gama de colores en una sierra de
encinar!
Su interior
tiene un retablo también sencillo, el centro ocupado como en cualquier retablo
por la caja hornacina de la imagen serenamente sonriente de Nuestra Señora de
Navahonda. A sus lados destacan dos imágenes de santos perfectamente
identificables y que yo, torpe incauto, no tuve la precaución de escribir en mi
cuaderno de apuntes que llevo conmigo desde la infancia (he cambiado de
cuaderno varias veces) cuando el maestro de la escuela de Acisa nos enseñó que
era prudente llevar siempre un papel y un lapicero en el bolsillo ¡por si las
moscas! ¡Cuántas moscas he apuntado agradecido al maestro de Acisa de las
Arrimadas!
NOTA posterior a la publicación inicial: Jose ha realizado sus pesquisas sobre el retablo y me acaba de mandar una fotografía; de ella colijo que se trata de San Joaquín y Santa Ana, los padres de María, pues él lleva en un cestillo dos palomas para hacer la ofrenda al templo según costumbre en la presentación de los hijos ante el altar.
Grandiosidad en la Estación de seguimiento de Robledo de Chavela.
Delante de la
ermita está el crucero del humilladero colocado aquí, como en muchos lugares de
la geografía durante varios siglos, para que sea la primera vista del lugar al
que se llega. Continúa en su silencio la ermita, los montañeros finalizan el
yantar, saludan al conjunto del lugar y reemprenden la marcha; los montañeros
pasarán en muy pocos minutos de la sencillez silenciosa de otros siglos a la
mole que domina el espacio y sus movimientos a través de la grandiosidad
parabólica de la Estación de seguimiento de Robledo de Chavela.
Javier Agra.
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