Despereza su niebla el
Pico de la Miel cuando el coche asoma en las curvas de la Cabrera. Ya hacia el
mediodía, el sol consiguió dominar su espacio celeste y dejó limpia la
carretera y las montañas circundantes. ¡Buen momento para el triunfo de la luz!
El pico Tres Provincias entregó su hermosa visión nevada sobre el Puerto de
Somosierra antes de entrar en los primeros kilómetros de la provincia de
Segovia dominados por las cumbres de la Sierra de Ayllón entre el brillo de la
nieve y la lumbre de sus reflejos.
Lerma asoma con la
monumental silueta de su multitud de torres. El río Arlanza ha plantado su
señorío altivo en estas encumbradas calles, en los antiguos viñedos y cultivos
de otros tiempos que verdean en trigales primaverales llenos de luz y vida después
de los meses de invierno.
La primavera recuerda
aún las puntadas cosidas de hielo del final del invierno; la primavera es un
canto de flores, aves y agua en estos campos castellanos que gritan sueños
pasados del caballo del Cid y sus melancólicos guerreros siempre escondidos y
torturados en su cuerpo y en su mente por desaprensivos reyes incapaces de
entender y alentar a sus nobles corazones.
Revilla-Cabriada
tiene un otero con amplias vistas y un templo románico.
Por cada pueblo que
pasaba hacía una parada. Apenas cuatro kilómetros más allá me encuentro la
pequeña población de Revilla-Cabriada que ya aparece citada cuando está
expirando el siglo diez y es producto, dicen, de la unión de dos núcleos donde
abundaban las “cabriadas” o rebaños de cabras. Bien puede ser, pues sus
abundantes pastos abiertos son capaces de alimentar ingente cantidad de ganado.
Recorro sus calles mientras como una manzana. Llego a un otero desde el que se
divisa la lejanía y donde se levanta su templo románico reformado en el siglo
dieciséis.
Castrillo de Solarana
presenta con orgullo su hermosa iglesia de San Pedro sobre el Cerro del Castro
y bien pudiera ser que el ábside sea una de las más preciosas joyas del
románico. También están muy orgullosos del Cura Merino quien, por ser vecino y
sacerdote del vecino pueblo de Villoviado, comenzó por estas tierras su
levantamiento contra los invasores franceses; actualmente existe una ruta del
“cura Merino” que recorre unos cuantos pueblos cercanos.
Rollo de
Justicia de Solarana. Varias de sus piezas de apoyo son de reconstrucción
reciente.
Solarana con la iglesia
de la Asunción, el Rollo de Justicia cerca del Ayuntamiento, la cercana Ermita
de San Miguel. Coincidí con el panadero
y me comí un pan pequeño y caliente mientras contemplaba unas preciosas vistas que
se adentran por los vegetales montes más allá de las tierras de cultivo. Hace
años estos pueblos se llenaban de mozos para la segada, ahora la maquinaria
deja vacios los pueblos. Comenta la “señá” Renata que se detiene a conversar
conmigo. La “señá” Renata tiene ochenta y siete años y todos los descendientes
repartidos por Madrid y Bilbao. La “señá” Renata ya no siega, solamente mira
los trigales desde la nostalgia de sus cansados ojos.
Edificación de
Nebreda, pueblo que mantiene en pie edificios con escudos heráldicos.
Nebreda está rodeada de
enebros, árboles de los que toma el nombre. Su templo gótico de tres sencillas
naves está dedicado a la Natividad de Nuestra Señora. Continué hasta
Quintanilla del Coco y me adentré en sus montes para visitar la ermita de
Nuestra Señora de las Naves que celebra su romería el primer domingo de mayo,
hasta ella peregrinan multitud de devotos, curiosos o sencillamente amantes de
la naturaleza.
Entre estos dos
árboles se mantiene fluyendo la Fuente de Los Caños donde se abastecían de agua
los sucesivos anacoretas que habitaron la ermita visigoda de Santa Cecilia que
aparece al fondo y que en sucesivas narraciones mostraré desde más cerca.
Realicé aún otra parada
en Santibáñez del Val uno de los pueblos que tiene a gala pertenecer a la Ruta
de la Lana, camino comercial que llevaba ese preciado producto ovino hasta los
puertos mediterráneos en Levante. En dirección a Barriosuso estuve visitando la
ermita visigoda de Santa Cecilia. Así llegué al destino donde pasaría unos
sosegados días: el Monasterio de Santo Domingo de Silos.
Continuaré escribiendo
la experiencia.
Javier Agra.
Javier, estás paseando y conociendo uno de los lugares más entrañables, mágicos, y que siempre me enseñan, para mí, de mi provincia.¡Disfrútalo!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y por leer lo escrito. Hermosos lugares en la provinvia de Burgos: Disfruto con cada rincón que visito en diferentes lugares de toda la geografía, pues cada escondido paisaje tiene sosiego, fortaleza, PAZ. He visitado tu entrañable y trabajado blog.
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