miércoles, 10 de mayo de 2017

MONASTERIO DE SILOS: VIAJE DE IDA



Despereza su niebla el Pico de la Miel cuando el coche asoma en las curvas de la Cabrera. Ya hacia el mediodía, el sol consiguió dominar su espacio celeste y dejó limpia la carretera y las montañas circundantes. ¡Buen momento para el triunfo de la luz! El pico Tres Provincias entregó su hermosa visión nevada sobre el Puerto de Somosierra antes de entrar en los primeros kilómetros de la provincia de Segovia dominados por las cumbres de la Sierra de Ayllón entre el brillo de la nieve y la lumbre de sus reflejos.

Lerma asoma con la monumental silueta de su multitud de torres. El río Arlanza ha plantado su señorío altivo en estas encumbradas calles, en los antiguos viñedos y cultivos de otros tiempos que verdean en trigales primaverales llenos de luz y vida después de los meses de invierno. 

La primavera recuerda aún las puntadas cosidas de hielo del final del invierno; la primavera es un canto de flores, aves y agua en estos campos castellanos que gritan sueños pasados del caballo del Cid y sus melancólicos guerreros siempre escondidos y torturados en su cuerpo y en su mente por desaprensivos reyes incapaces de entender y alentar a sus nobles corazones.

Revilla-Cabriada tiene un otero con amplias vistas y un templo románico.

Por cada pueblo que pasaba hacía una parada. Apenas cuatro kilómetros más allá me encuentro la pequeña población de Revilla-Cabriada que ya aparece citada cuando está expirando el siglo diez y es producto, dicen, de la unión de dos núcleos donde abundaban las “cabriadas” o rebaños de cabras. Bien puede ser, pues sus abundantes pastos abiertos son capaces de alimentar ingente cantidad de ganado. Recorro sus calles mientras como una manzana. Llego a un otero desde el que se divisa la lejanía y donde se levanta su templo románico reformado en el siglo dieciséis.

Castrillo de Solarana presenta con orgullo su hermosa iglesia de San Pedro sobre el Cerro del Castro y bien pudiera ser que el ábside sea una de las más preciosas joyas del románico. También están muy orgullosos del Cura Merino quien, por ser vecino y sacerdote del vecino pueblo de Villoviado, comenzó por estas tierras su levantamiento contra los invasores franceses; actualmente existe una ruta del “cura Merino” que recorre unos cuantos pueblos cercanos.

Rollo de Justicia de Solarana. Varias de sus piezas de apoyo son de reconstrucción reciente.

Solarana con la iglesia de la Asunción, el Rollo de Justicia cerca del Ayuntamiento, la cercana Ermita de San Miguel.  Coincidí con el panadero y me comí un pan pequeño y caliente mientras contemplaba unas preciosas vistas que se adentran por los vegetales montes más allá de las tierras de cultivo. Hace años estos pueblos se llenaban de mozos para la segada, ahora la maquinaria deja vacios los pueblos. Comenta la “señá” Renata que se detiene a conversar conmigo. La “señá” Renata tiene ochenta y siete años y todos los descendientes repartidos por Madrid y Bilbao. La “señá” Renata ya no siega, solamente mira los trigales desde la nostalgia de sus cansados ojos. 

Edificación de Nebreda, pueblo que mantiene en pie edificios con escudos heráldicos.

Nebreda está rodeada de enebros, árboles de los que toma el nombre. Su templo gótico de tres sencillas naves está dedicado a la Natividad de Nuestra Señora. Continué hasta Quintanilla del Coco y me adentré en sus montes para visitar la ermita de Nuestra Señora de las Naves que celebra su romería el primer domingo de mayo, hasta ella peregrinan multitud de devotos, curiosos o sencillamente amantes de la naturaleza. 

Entre estos dos árboles se mantiene fluyendo la Fuente de Los Caños donde se abastecían de agua los sucesivos anacoretas que habitaron la ermita visigoda de Santa Cecilia que aparece al fondo y que en sucesivas narraciones mostraré desde más cerca.

Realicé aún otra parada en Santibáñez del Val uno de los pueblos que tiene a gala pertenecer a la Ruta de la Lana, camino comercial que llevaba ese preciado producto ovino hasta los puertos mediterráneos en Levante. En dirección a Barriosuso estuve visitando la ermita visigoda de Santa Cecilia. Así llegué al destino donde pasaría unos sosegados días: el Monasterio de Santo Domingo de Silos.

Continuaré escribiendo la experiencia.
Javier Agra.

2 comentarios:

  1. Javier, estás paseando y conociendo uno de los lugares más entrañables, mágicos, y que siempre me enseñan, para mí, de mi provincia.¡Disfrútalo!

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  2. Muchas gracias por tus palabras y por leer lo escrito. Hermosos lugares en la provinvia de Burgos: Disfruto con cada rincón que visito en diferentes lugares de toda la geografía, pues cada escondido paisaje tiene sosiego, fortaleza, PAZ. He visitado tu entrañable y trabajado blog.

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