FELICES PASCUAS. Alabad
al Señor todos los pueblos: firme es su lealtad con nosotros, su fidelidad dura
por siempre ¡Aleluya! (Salmo 117). Para celebrar el tiempo de Pascua que es
Resurrección comienzo a pedalear en la bicicleta estática y me dirijo hasta la
Sierra de Grazalema para subir el Torreón, su punto culminante. Es una Sierra
llena de verdor y de hermosos pinsapos: variedad de pinos autóctonos de esta
parte y sobre todo de la Sierra de Las Nieves que culmina en el Pico Torrecilla
más amplio y más alto aún, pero esa es otra historia.
Desde el pueblo de
Grazalema, dirección Benamahoma me desvío de la carretera en el punto indicado
y comienzo la bellísima y serena ascensión entre robles y quejigos, lamiaceas y
adelfas, acebuches y alcornoques… las sendas se desplazan entre visiones
grandiosas de lejanía y profundos valles de requiebros y dolinas donde tiene su
nido el azor perdicero y el aguilucho. Hoy resuena en mis oídos Rachmaninov y
su concierto de piano nº 2 en una amistosa y agradable conversación entre el
piano y la orquesta de los oboes, las trompetas…
La ascensión, por
momentos se complica entre peñascales y profundidad de vericuetos entre el sol
del mediodía y las sombras de fantasmas rocosos, mientras la brisa de altura
apacigua los latidos insistentes del corazón mezcla de agitación por el
esplendor del lugar y la fatiga del esfuerzo para alcanzar la cumbre del
Torreón con los cercanos Pico Mellizo, Pico del Águila, más allá vistas de valles, poblaciones, bosques, embalses… La
vida desde estas cumbres está resucitada en espera de un tiempo de plenitud que
necesita el esfuerzo compartido de la humanidad y de la naturaleza entera.
Fotografía de los tres montañeros
que subimos hace algunos meses hasta la cima del Torreón. Añado, bajo este
texto, una vista del pueblo de Grazalema del que nos despedimos en una curva de
la carretera a nuestro regreso en busca de la siguiente aventura.
Sed felices y buscad la
PAZ amables lectores. Os abrazo.
Javier Agra
No hay comentarios:
Publicar un comentario