Risco de Los Claveles y Cumbre de Peñalara en primavera.
¡Brindemos,
amigos míos, con una copa de cumbres y agujas donde las águilas ponen sus nidos
de ligero vuelo al viento de todas las montañas de la tierra! ¡Brindemos a las sedosas
y pálidas nubes de lágrima transparente que recogen el vuelo de los deseos
ilusionados con tiempos de paz y entrega a la construcción de futuros luminosos!
Sobre las cumbres,
el sol entrega sus rayos de largas s para que pongamos hamacas de sosiego entre
la música clásica de las canoras aves que llenan el corazón humano de la
naturaleza entera mientras los montañeros cierran los ojos en el momento del
descanso cuando ya han abrazado el vértice y, sentados en la cima, ponen besos
comunes en el transporte colectivo del viento.
Cumbre de
Peñalara, cumbres todas de la tierra donde la luz es salón de baile para el
corazón y la rosa; cumbres donde siempre es primavera porque, más allá de la
furiosa nieve o la tormenta callada, crecen semillas de tiempos libres en
libertadas personas; cumbres de cielo abierto y rosicler sin fronteras,
recuerdos de mar en ondas suaves y barcos de vela.
Cumbres donde el
esfuerzo desvanece los imposibles de la vida, donde las dificultades reducen
sus espinas; cumbres que borran fronteras y entregan la respiración y la
sabiduría de todas las tierras; montañas hechas del tejido suave de todos los
sueños y todas las almas, suavidad para el terrible desierto y la oscuridad
fría de pantanosas selvas.
Cumbre de
Peñalara, llévanos en el carro de éter a la libertad de las estrellas para que
nuestros sueños abracen la realidad y la transformen con nuestros actos, en
arados y podaderas de paz; cumbres de la tierra unid en armonía abrazada los
anhelos de futuro entre la seguridad y la paz hasta que caminemos juntos los
animales con las aves, las personas y las platas, el fuego y el matorral, las
criaturas del mar y del viento.
Javier Agra.
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