martes, 24 de marzo de 2020

DESDE LA BICICLETA: CUERDA DE LOS PINGANILLOS



Sobre mi bicicleta estática recorro esta mañana de marzo La Cuerda de Los Pinganillos. En la Pedriza de Madrid no se terminan nunca los recovecos más escondidos llenos de sosiego y asombro. Canto Cochino es un buen punto de partida para diferentes marchas montañeras. Dirección a Cuatro Caminos seguramente encontrarás, lector amable, unos cuantos montañeros. La vegetación primero pinos y arizónicas, pequeños robles más tarde, arbustos inquietos montaña arriba… los roquedos, el arroyo, los pájaros de trino despreocupado, innumerables y variados animalillos serán tu compañía.

A la altura del Arroyo de Los Poyos y antes de un vivac en la curva del camino sale una senda hacia la derecha, cruzar el arroyo a pie enjuto es el inicio para subir a la Cuerda de los Pinganillos. La subida es peleona pero divertida entre riscos, senderos que juegas al escondite y terminan por depositar al montañero en el Jardín de los Guerreros después de alguna búsqueda y un poco más de esfuerzo. Si continúas el camino entre riscos y senderos indómitos te puedes adentrar en misterioso Jardín del Pájaro. 

Suena en mi corazón la ópera vibrante y poderosa Turandot, no concluida por Puccini. Clarinetes, trompetas, violines… el solo del rey “In questa reggia”…; es un impulso en mi pedalear peñascos arriba, entre matojos, robles y encinas, hasta el final. La princesa Turandot planteará las tres cuestiones pero el intrépido montañero encontrará la respuesta al poner el pie en el Salón del Pájaro.




La Fotografía muestra la Cuerda de los Pinganillos. De izquierda a derecha, las peñas que destacan, tienen estos nombres: Cancho Butrón, Los Molondrios, Torre de Las Arañas Negras, Los Guerreros, La Muela, El Pájaro.

Sed felices y buscad la PAZ, amables lectores. Os abrazo.

Javier Agra



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