sábado, 21 de marzo de 2020

DESDE LA BICICLETA: NACIMIENTO RÍO MOROS



He recorrido treinta kilómetros sobre la bicicleta al ritmo de Scherezade del ruso Rimski-Korsakov.  Acrecentaba o disminuía el ritmo de mis pedaladas al compás del violín, del arpa, de la orquesta entera mientras transitaba por los montes de la Sierra de Madrid entre el vuelo de los altivos buitres y el canto de gloria del carbonero garrapinos. 

Los arroyos están ahora musitando agua y verdor en el anuncio de la primavera. Sin ningún contratiempo y sin salir de una habitación donde compartimos tiempo con la bicicleta estática he llegado hasta el nacimiento del Río Moros entre pinares y senderos de sencillo tránsito.

El sol anuncia primavera esta jornada de canciones y murmullos. Las cumbres sonríen desde la lentitud de los siglos para acompañar los sueños de mis pisadas. El río Moros suena sosiego y veredas infinitas por el mundo con la canción de su agua y su manto vegetal en los valles hasta su desembocadura en el Eresma, más allá el mar y la inmensidad de la tierra toda.


La fotografía que acompaña es una vista de las dos cumbres principales de la Mujer Muerta: La Pinareja a la derecha, El Oso a la izquierda vistas desde el camino que lleva al nacimiento del Río Moros.

Sed felices y buscad la PAZ amables lectores. Os abrazo. 

Javier Agra. 

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