domingo, 15 de abril de 2018

ENTRE ESPAÑA Y PORTUGAL: LA CANTERA


Hubo un tiempo en que en España se construyeron multitud de pantanos. En el punto justo donde el Duero comienza su frontera entre España y Portugal, La Raya decimos en aquellos pueblos, en los Arribes de Zamora también se construyó el Salto del Castro inaugurado el doce de diciembre de mil novecientos cincuenta y dos.

Para llevar a efecto tamaña efemérides, previamente en la segunda mitad de la década de los cuarenta, se edificó todo un pueblo “El Poblado de El Castro” así llamado porque está dentro del término municipal de El Castro. Tenía este lugar todas las instalaciones que constituyen una población bien abastecida, con su escuela, su templo, farmacia, piscina y pistas deportivas. Una preciosidad, además del Cuartel de la Guardia Civil y numerosas casas con espacios comunes de recreo y esparcimiento.

La CANTERA ocupa media montaña. Ved señales de los barrenos con los que sacaron la piedra. Las paredes forman un anfiteatro de sonoridad magnífica.

No voy a poner ninguna fotografía de la desolación en la que ha quedado y que en la actualidad se ofrece a los visitantes como monumento a la devastación que sometemos las personas a los edificios abandonados, la destrucción absoluta que llevamos a los pueblos sin habitantes. ¿Cómo un pueblo tan exclusivo pudo ser entregado a la barbaridad, el saqueo, la destrucción, la vileza humana? Su abandono el año mil novecientos ochenta y nueve supuso su rápida destrucción a manos de la rapiña.

Para construir todo este complejo de pueblo y presa se necesitó la materia prima que salió de la piedra labrada y transportada desde una cantera cercana hasta la que se accede por un camino de tierra de unos cinco kilómetros. Allí se pueden contemplar otras infraestructuras derruidas de lo que fueron gruesos y fornidos postes y engranajes para cableados seguros y firmes con los que vencían el amplio desnivel de barrancos y arroyos.

La CANTERA vista desde lo alto de la montaña que permanece con su vegetación, sus paredes y sus prados.

Media montaña de piedra está hoy arrancada a base de dinamita y maquinaria, de esfuerzo y cálculo humano, de tiempo de trabajo seguramente bien dirigido y bien realizado. Hoy aquella antigua cantera está formando un lago de agua permanente en el que han aportado vida en forma de peces y otros seres acuáticos. Allí han nacido salgueros frondosos, diminutos prados, allí anidan aves, allí llegan los ciervos trotando, allí encuentran consuelo a su sed diferentes especies de animales.

Aquella antigua cantera es hoy un espacio lleno de vida animal y vegetal.

Recité un poema de Bertolt Brecht para apreciar la sonoridad del anfiteatro que forman hoy las paredes de la media montaña que se mantiene en pie. Magnífico eco sonoro de la tierra. La visión de la CANTERA produce una mezcla de sinsentido y entusiasmo, de desazón y gozo. Después de salir de aquel lugar yo hago una propuesta: id a ver la CANTERA con su mágico silencio, con su bullicio de vida; después no vayáis nunca a ver el pueblo donde está creciendo la desolación y el desaliento. Guardad en vuestro recuerdo la fantasía de la CANTERA.

Javier Agra.

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