Ladera del Canto Gordo, es ese curioso nombre de la ladera que vamos dejando atrás en nuestro caminar desde el aparcamiento de la Barranca buscando el Mirador de las Canchas. Porque la naturaleza entera es aquí una canción muy grande a la sensibilidad, al entusiasmo, a la vida. El río Guadarrama irá a nuestro lado en numerosas ocasiones esta jornada; en estos días cálidos del invierno el agua suena ya a “La Primavera” que el músico francés Debussy (1862 – 1918) compuso el año 1908 inspirado por el cuadro de Botticelli. La música nace suave y esforzada para continuar en un florido ascenso y concluir en la alegría compartida por todos los seres y la naturaleza entera.
El pequeño embalse del Ejército del Aire primero y el embalse también de tamaño reducido de Guadarrama van quedando a nuestra derecha siempre entre el sosiego y la calma del entorno mágico, siempre entre el suave rumor de agua y la armoniosa música del Carbonero Garrapinos y el tintineo lejano del Pájaro Carpintero.
Arroyo Guadarrama en alguno de sus puntos de recorrido.
Tras varias curvas de la amplia senda dejamos atrás el acomodo “deportivo” conocido como “De pino a pino” y enseguida llegamos a una cerrada curva a derecha que ya no hemos de coger, según la intención de nuestra ruta de esta jornada, pues nosotros entramos por la Senda Ortiz muy bien marcada frente a nosotros.
La Senda Ortiz es una ruta serena en ligero ascenso continuado entre pinos y serenidad, algún reducto de jaras pretenden recubrir el limpio piso de hierba y roca. Numerosos arroyos de temporada arrullan el musgo de su ribera mientras los pinos beben a sorbos de sus aguas. Antes de llegar al cruce de la Senda del Chiquillo ya hemos contemplado Madrid en la lejanía, más cerca el embalse de Navacerrada y las llanuras entre pueblos y urbanizaciones de más reciente construcción.
Arroyo del Chiquillo
La Senda del Chiquillo, permite una subida más pindia y directa hasta el Mirador de las Canchas, pasando por el árbol araña que ya llevamos visitando varias décadas desde la primera vez que lo vimos caído y aún con cierto verdor en sus ramas hasta estos días en que ya su tronco está carcomido por las inclemencias y el tiempo. Hoy los dos montañeros continuamos entre pinos, enebros, zarzas de diversas clases Senda Ortiz adelante. Llegamos al Arroyo del Chiquillo, uno de los pocos con nombre conocido en esta profusión de chorros que bajan a encontrarse con el Arroyo Guadarrama que hemos dejado en la ladera hace ya un buen rato.
La Senda Ortiz nos lleva hasta la planicie del antiguo Sanatorio del Guadarrama, del que no queda ningún vestigio en forma de construcción solamente el recuerdo de alguna película y pocas series que allí se rodaron. Hoy la explanada ofrece unas hermosas vistas y una pradera de sosiego y silencio despoblada de arbolado, brillando de verdor y de espinos.
Fuente del Piornolón, escondida entre pinos y piornos. A la derecha sale la senda que llanea hasta dejarnos en el Mirador de Las Canchas.
Retomamos durante unos metros la amplia senda que habíamos dejado para iniciar la Senda Ortiz y que llega hasta aquí después de serpentear sierra arriba. Enseguida encontramos un sendero secundario, bien visible y marcado con algún hito para advertir de su inicio, que sube hasta la Fuente del Piornolón por la ladera de Peña Pintada. La Fuente del Piornolón fue antaño un lugar de refresco y merienda para las personas trabajadoras del pinar; la senda por la que subimos hoy, fue entonces el lugar por el que bajaban los troncos hasta cargarlos en algún vehículo que podía transitar con seguridad por la amplia senda que recorre esta parte de la sierra.
Mirador de Las Canchas con el Alto de Guarramillas o Bola del Mundo y La Maliciosa con su Peñotillo, al fondo.
Desde la Fuente del Piornolón al Mirador de las Canchas la senda es llana y visible. Llegamos al Mirador de Las Canchas, uno de los miradores más admirables y de mayor asombro de la Sierra de Guadarrama. Peña Pintada y la Cuerda de las Cabrillas con Peña Orcón por encima de la Senda de la Tubería a nuestra izquierda, La Bola del Mundo (Alto de Guarramillas), La Maliciosa con su Peñotillo cubren el frente de donde descienden diferentes barrancos, El Infierno, El Piornal, El Regajo del Pez…
Fuente de Mingo.
Bajamos senda adelante hasta encontrar de nuevo el Arroyo Navacerrada (también llamado Samburiel) por cuya orilla desciende una senda bien marcada que nos deja en la Fuente de Mingo y continúa, siempre paredaña al Arroyo Navacerrada, hasta llegar al lugar conocido “de Pino a Pino” y seguir ya por la pista hasta el aparcamiento.
Javier Agra.
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