sábado, 15 de marzo de 2025

CAMINO DE SANTIAGO 3 ZALLA – NAVA DE ORDUNTE


La jornada de este día resulta suficientemente llana como para poder disfrutar sosegadamente de la soledad del monte, del verdor y frondosidad de sus bosques, de los fértiles prados que por estas tierras abundan. Bien es verdad que encontramos numerosas casas ruinosas, huertas sin cultivar y aún algún prado con apariencia de abandono.


Valmaseda tiene un interesante recorrido cultural e histórico. Aquí está Pepe en la Plaza con el edificio del Ayuntamiento al fondo, a la derecha asoma el muro del templo del Santo Cristo de San Severino.

Continuamos por la orilla del río Cadagua, nos acompañará toda la jornada. En Valmaseda entablamos conversación con una persona ya jubilada que en tiempo laboral había estado unida a asuntos de cultura y turismo del Ayuntamiento. Nos acompañó y nos comentó curiosidades de la localidad. La villa de Valmaseda fue fundada –nos indicó – en mil ciento noventa y nueve y es la cabeza de la comarca de Las Encartaciones.


Aquí estamos ante el Museo Etnográfico en Valmaseda.

Pasamos unos minutos en oración en la parroquia del Santo Cristo de San Severino, gótico del siglo catorce aunque de exterior barroco por una reforma importante acometida en el siglo dieciocho. La que fue iglesia de San Juan, hoy es Museo Etnográfico. Nuestro acompañante nos mostró la majestuosidad del Ayuntamiento de Valmaseda al que llaman “la Alhambra de Vizcaya” por la profusión de sus columnas. Nos acompañó hasta el Puente Viejo o Puente de La Muza, románico del siglo XIII, lugar por el que se accedía a la localidad después de pagar el “pontazgo”. En un bar luminoso, que había sido cuadra y corral, tomamos un café y nos despedimos de nuestro guía ocasional.


Puente Viejo sobre el río Cadagua, del siglo XIII.

Sin ninguna incidencia que señalar continuamos camino por preciosas veredas, encontramos antiguos molinos –unos más desvencijados que otros– con su canal de agua. El Camino gira hacia la derecha en una amplia campa donde se encuentra la ermita de San Sebastián y San Roque de construcción románica. Entramos en un ameno bosque, el sol serpentea entre las ramas y los altos helechos, el río Cadagua sigue a nuestro lado y lo atravesamos una y otra vez por puentes de construcción segura.

Superado el Museo de la Boina, hicimos una pausa para desayunar pan y frutas antes de pasar la divisoria de Comunidades Autónomas. Estamos en el Valle de Mena. El Berrón es una pequeña localidad de Burgos donde ahora viven pocos habitantes y el aire está lleno de recuerdos de aquellas viejas guerras carlistas en su primera etapa (1833 - 1840) y también en la tercera (1872 – 1876), la antigüedad romana está presente en los vestigios de su calzada de tiempo del emperador Lucio Vero.


El Berrón es la primera localidad de Burgos. Aquí estamos ante un rótulo que recuerda algunos sucesos de las guerras carlistas. De frente, un antiguo puente hoy en desuso.

En el Berrón apenas encontramos personas, sí abundante vegetación aunque sus campos están, me parece, poco cultivados; también vimos y leímos algunos carteles informativos sobre acontecimientos ocurridos en esta localidad durante las guerras carlistas.

Llegamos a Santecilla donde pregunté por el “miliario romano” que estaba junto a la iglesia de Santa Cecilia y me enteré que actualmente (y ya hace tiempo) está en el Museo Arqueológico de Bilbao. Tiene una interesante zona industrial que disimula la escasez de habitantes. Continuamos hasta Gijano donde estuvimos conversando con la mujer que hacía las veces de alcaldesa y con una joven madre de un niño aún bebé que se dedica a la ganadería de caballos. En efecto, estas localidades son lugares de amplios pastos y diferentes ganaderías.

Pepe y yo estábamos ya deseosos de hacer un breve alto en el camino para tomar un café y sentarnos un rato, nos indicaron que más adelante “enseguida” encontraríamos un bar donde descansar a nuestro gusto, de modo que seguimos caminando con aquella momentánea esperanza. Más adelante entre frondosos bosques de roble nos detuvimos a conversar con un hombre que estaba cogiendo setas, abundantes por estos montes en esta época del año, quien nos dijo que no encontraríamos ningún bar hasta el siguiente pueblo. Con esta nueva información decidimos sentarnos entre sol y sombra en la frondosidad de aquel idílico paisaje.


En el Albergue de Nava de Ordunte pasamos una noche en solitario, ningún otro peregrino asomó por este lugar.

Finalmente, entre cantos de aves y algún motor de lejanos coches, llegamos a Nava de Ordunte objetivo de esta nuestra jornada. Allí estaba el anunciado bar en una antigua Casona junto al puente sobre el río Cadagua,  tan familiar para nosotros que sentiremos pena mañana cuando nos separemos de su cauce. El Albergue de Peregrinos lo regenta Adolfo de Miguel al parecer uno de los máximos impulsores de este “Camino Olvidado” que él prefiere denominar “Camino Viejo” o también “Ruta de la Montaña”, sobre este tema tiene publicado un libro “Un homenaje al Reino de las Asturias” en la Editorial Spica Siglo XXI del año 2024. Escrito en colaboración con Antonio Hernández González.

Tuve ocasión de ojearlo, pues en estas jornadas del Camino de Santiago normalmente la tarde queda hábil para recorrer el lugar al que llegamos los peregrinos, atender a nuestro aseo, descansar…Saqué en conclusión que también se puede denominar a este recorrido “Camino de las estrellas” porque el rey Alfonso II y su amigo Ludovico, hijo de Carlomagno, fueron los primeros en recorrerlo, guiados por las estrellas.

Javier Agra 

 

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