jueves, 16 de diciembre de 2021

GRAN FACHA (EN EL RECUERDO)


 

Sallent de Gállego es la población capital del aragonés Valle de Tena. Punto de encuentro de montañeros que nos desplazamos por diferentes rutas llenas de misterio y encanto. Bajo la rocosa mirada de la Peña Foratata, visito su templo gótico de la Asunción con un retablo plateresco admirable y la preciada imagen de la Virgen de las Nieves, patrona de la villa; paseo por el Puente Romano, también del siglo XVI, antes de salir hacia el Refugio de Respomuso donde llegamos para hacer noche, ya decaída la tarde.

 


Vista del Refugio y su entorno. Al fondo reposa, desde tiempos atávicos (los latinos llamaban atavus al tatarabuelo castellano), el Pico de La Gran Facha.

 

Amanece, desayunamos y adecuamos el vestuario para la esperada marcha hasta los tres mil cinco metros de la Gran Facha, también llamado Cúspide de Bachimala fronterizo entre las cuencas de Piedrafita y Bachimaña. Es verano, ha nevado, el sol amanece en oro plateado mientras caminamos por una ladera de verde hierba en una pequeña canal en busca de las húmedas campas de Campo Plano donde destaca su majestuoso ibón con las pareces de hormigón recuerdo de aquel amago nunca realizado de cerrarlo en embalse.

 


En nuestro camino pasaremos muy cerca de Campo Plano y Llena Cantal antes de llegar a la cumbre final. Estos picos en forma de pirámide transforman esta esquina del Valle del Tena en un asombroso paisaje de sueños y desvelos, no asombro y de misterio, de trabajos y contentos.

 

Ahora llanea en amplitud nuestro camino, una estaca con diferentes indicaciones de rutas, asegura la buena dirección de nuestra marcha. Chapoteamos esquinas del Ibón de las Ranas, algunos hilos de agua que bajan de las cumbres, completamos la parte más llana y nos adentramos por la derecha del Barranco de Campo Plano, dejamos la senda que sube hasta el Llena Cantal menos visitado pues le faltan pocos metros para ser un tres mil; acaso en otra ocasión, aunque tenemos muchos valles y muchos rincones recónditos que queremos recorrer.

 

El Barranco inicia su andadura entre encajonado y agreste, poco a poco se va ampliando para alargar la vista de los montañeros, poco a poco va salpicando de anchurosas cimas y verdes horizontes nuestro corazón, de pedregosas laderas alejadas nuestra marcha, poco a poco nos asomamos más allá de las encerradas piedras para palpitar el aire abierto el mundo entero.

 


Llegamos a los ibones de La Gran Facha.

 

Poco a poco, asoma ante nosotros la anchurosa vista de los cóncavos de los Ibones de La Gran Facha. Aquí medito sobre la historia legendaria de la persona que mandó poner una pequeña ermita en la cumbre, dedicada a la Virgen de las Nieves, porque le salvó de una muerte cierta en una caída peligrosa; cuentan que tomó con su mano de madre el piolet sobre el que se apoyaba, bien es verdad que ayudada también por una oportunísima rendija que entre la nieve tenía su abertura.

 

Así vamos caminando hasta el Collado con hermosas vistas hacia nuestro camino recorrido y también hacia el Valle de Marcadau, ya en Francia. En el recorrido de todas las montañas es oportuno hacer diferentes pausas para reposar, para ponerse la gorra y la crema, para mordisquear unas viandas, para conversar sobre las vistas, para admirar en silencio y contemplar la grandiosidad de la naturaleza. Este Collado es un asombro lleno de luz y eternidad.

 


Estamos en la cima.

 

Llegamos a la cima recorriendo una arista y superando algunas brechas, con precaución y sin muchos problemas. En esta hornacina está sonriente la imagen de la Virgen de las Nievas. Colosales vistas de hermosura y sosiego en derredor: Vertiente de Respomuso,  Vertiente de Panticosa, Picos del Infierno, Valle de Marcadau, Frondiellas, Balaitús, Vignemale, Cambales…

 


Picos del Infierno.

 

Regresamos con serenidad y asombro, con canciones y silencio…

 

Javier Agra.

 

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