domingo, 26 de octubre de 2008

LA PEÑOTA (desde el Alto del León)


He visitado al Arcipreste de Hita. Dejamos el coche en el Alto del León, Segovia a un lado al otro Madrid y a lo lejos dibujados los montes de Ávila. Castilla y Madrid están cosidas por estas peñas y collados. Hasta luego Puerto de Guadarrama, duerme durante siete horas que volveremos a despertarte. ¿Qué son siete horas para ti que llevas aquí soñando tantos siglos? ¿Qué son para ti siete horas que has visto tanta esperanza cruzar tus umbrales a paso lento, a paso de siglos, a paso de puñales y vidas segadas, a paso de lágrimas y esperanzas? Duerme Guadarrama entre el misterio y los gritos.

La cosa (que este caso podemos traducir por camino, sendero o similar) está sencilla de seguir, puerta giratoria y G.R.10. Camino llano entre pinares, eso está bien. Casi antes de comenzar estamos en la Sevillana. Debajo la carretera y al fondo la Peñota. Ambas conversan; medita: regresa o triunfa. La elección estaba tomada desde ayer cuando miramos el mapa y cerramos la mochila. Sigamos por este camino nuevo para mi, desconocido y añorado.

El Collado y la Peña del Arcipreste de Hita están declaradas de interés ecológico. Aquí contemplamos las figuras rocosas, distintas de lo que nos encontraremos en el resto del camino. Parece que alguien transplantó un trozo de la Pedriza a esta parte de la Sierra. Arcipreste, hombre de muchas e non sanctas andanzas, guía nuestros senderos por la poética de la vida.

El desnivel aumenta para subir al Cerro de Matalafuente. Durante todo el camino la vista de Madrid y de Segovia nos escolta con paso acompasado: caminas y te llevas los rumores de los que viven contigo, y te llevas sus pasos y sus miradas. Contigo van también las dudas y las desdichas de todas las personas que, sin saberlo siquiera, te han mirado a los ojos y en tu pupila han encontrado un reflejo de esperanza. Contigo van subiendo a la cumbre los deseos dormidos de cuantos respiran sueños de paz. La montaña es de arcilla y va modelando fuerza, entusiasmo y felicidad: solamente necesitas tomar una parte y comenzar a vivir de verdad.

Hemos superado la Peña del Cuervo y el Cerro Mostajo. Notamos la respiración del corazón de la Peñota, desde el Collado de Gibraltar - también llamado, solamente por nosotros, el collado del jabalí - : allí, cuando Jose realizó este camino hace años, se asustaron mutuamente él y un jabalí que se encontraron de sopetón cada uno con su cansancio y sus meditaciones. La sorpresa parece que les transformó en un inmenso elefante y un mítico Polifemo. Huyeron llenos de pavor, que fue disminuyendo hasta quedar en curiosidad.

La última ascensión, interminable, paso a paso, la Peñota hace suya la respiración cansada de los montañeros, acompasa los latidos de su corazón al del corazón que asciende, por eso se oyen sus latidos desde lejos: ánimo, ánimo, nos dicen sus venas calientes con el calor de nuestro sudor. Peñascos y revueltas, descensos y subidas. La mirada fija en la cumbre y el recuerdo en el amor. Llegamos los cuatro, llegamos con al mochila, el amor, el entusiasmo, el futuro, el esfuerzo, la paz, la dicha. Sobre la cumbre la esperanza se ha comido al desaliento. Sobre la cumbre todo es posible.

Javier Agra.

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