sábado, 20 de diciembre de 2008

POSETS

La Canal Fonda es un grandioso desfiladero, paso obligado, en mi ruta, para llegar al Posets. Antaño almacenaba más nieve, estos últimos veranos se cruza con prudencia sin más problemas. Mejor, de este modo podemos emplear el tiempo para el júbilo.

Maravillosa vista del Posets desde el refugio de Viadós. El Pirineo es tan admirable que para donde variamos la mirada descubrimos hermosura.


Desencajado el rostro. En veintitrés años nunca me había sucedido una cosa semejante. Busqué con urgencia e inmediatamente me di cuenta de que mi angustia carecía de base. Me había dejado la carpeta al lado mismo del ordenador en el que la víspera empleara varias horas dando forma a la obra de teatro que estamos trabajando. No era la carpeta el motivo de mi premura, sino unos documentos de cierta importancia que pasearon conmigo durante todo el día.

En los segundos de satisfacción inmediatamente posteriores al encuentro con los documentos, me relajé pensando en la subida al Posets. Habíamos llegado Jose y yo al refugio de Viadós y, después de una travesía maravillosa, grandiosa y muy adjetivada en positivo, estábamos ya en el refugio Ángel Orús. Hoy tocaba el segundo del Pirineo, tras el Aneto (otro año lo subiré, este no estaba en la ruta). Bostezaban las estrellas en el firmamento, los aledaños del refugio formaban una colosal manada de mamuts - tales me parecían las montañas con su tenue respiración de la mañana - entre la niebla que arropaba el entorno con impenetrables sábanas.

El camino desde el refugio es claro, trepar y trepar sorteando alguna roca, descubriendo valles de ensueño que parecen distintos cada momento según el abrazo del sol o el contraste de la niebla. Un arroyo -el Pirineo está sembrado de arroyos de múltiples tamaños, con nombre o anónimos; puedo hablar con todos, tengo tiempo -; un arroyo, digo, me muestra entre la música de los violines un puente de piedra que los siglos y los glaciares colocaron esperando este momento único de mi paso.

La vida de la naturaleza es un milagro que se desvela para cada uno cuando llega el momento de cada persona. Es una flor inmensa que abre su amplitud de colores y formas para cada uno. Solamente pasea y mira. En estas meditaciones sudorosas nos asomamos a La Canal Fonda... se me asombra el corazón... me sale la sonrisa al rostro... y se me impresiona la vida toda de tanta maravilla. Me dice Jose que hace años, la nieve era mucho más abundante.

Comienza el ascenso definitivo con orientaciones de los que caminan a nuestro lado, opinamos unos y otros sobre el mejor lugar para la subida: en la montaña dependemos unos de otros y nadie permanece aislado, los idiomas se mezclan y los corazones se entienden. En la cumbre el sudor es el mismo y el mismo esfuerzo; en la cumbre común, los rostros no tienen fronteras. Y la mirada al infinito... la luz... en el Posets somos parte del rostro del cielo y de la tierra.

Javier Agra.

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