jueves, 1 de noviembre de 2012

¡A LAS MACHOTAS!


Aún ronda el silencio en nuestras calles vigiladas por la luna entre bostezos; la Sierra seguramente estará a esta hora roncando los primeros poemas, aquellos que durante siglos despiertan a las rocas, a los árboles, a las aves y a toda la naturaleza. La sierra es sosiego y armonía, pasean juntos el calor y la nevada, las avecillas y los fieros buitres, las lagartijas de cola juguetona y los zorros de ojos asombrados. Silencio y sosiego en las nocturnas calles y en los primeros traqueteos de suelas y autobuses.

Cincuenta y un corazones saltan entre el bullicioso descubrimiento y la ilusión de un encuentro armonioso con la naturaleza allí donde el Escorial se hace uno con la Sierra, allí donde la hierba deja paso a la piedra diminuta y vertical – toda la naturaleza apunta con suspiros hacia el cielo –, allí donde los robles de barbas milenarias y respiración inmensamente pausada hacen de las primeras pendientes una promesa de eternidad.


Hemos sobrepasado la Silla de Felipe II. Se han sentado los muchachos uno a uno con unción, risas nerviosas, corazón festivo, ilusión de Sierra en las entrañas. Se han sentado sobre los siglos de piedra mirando al pasado de los libros y los exámenes; pero hoy son ellos el monarca del imperio de sus sueños, capitanes de las naves victoriosas de su futuro, adalides de la paz conquistada en los ojos serenos, familiares, limpios de pereza y brillantes de proyectos.


Es momento de un breve descanso. Siempre es oportuno agruparse cuando el grupo es numeroso, saber unos de otros, cuidar unos de otros; sentados a las sombra de algún arce y de los últimos robles monte arriba, contemplamos con unción la roca que esculpe sobre la cumbre la imagen del monje en permanente oración: cuenta la leyenda que hace siglos subió hasta la cumbre para rezar…añade la leyenda que no ha bajado desde entonces y allí continúa en oración meditativa junto a la naturaleza…Seguramente es oportuno tener diferentes ocasiones de recordar que somos naturaleza y abrazo de eternidad…continúa su estatua de piedra allí donde la alabanza es vida, poesía, mito y épica.


Aquí estamos. Cincuenta y una esperanzas en la cumbre de las Machotas; modesta altura de la sierra de Madrid en la castellana tierra sin límites ni cadenas; hemos venido desde lugares lejanos, desde diferentes orígenes, suspirando diversos circuitos de sol y nieve, hoy todos somos del mismo pueblo y del mismo sentimiento, todos hemos llegado a la cumbre hasta rozar el vértice geodésico, hasta lo más alto; cincuenta y una manos tendidas sin diferencias ni ataduras; cincuenta y un corazones con lumbre de mañana eterno.


Javier Agra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario