Una imagen del pino de la cadena, para recordarnos que
somos pinos nuevos en permanente ascensión hacia el momento eterno.
¡Ya podemos buscar que
esta parte de la Sierra tiene pinos para hacer más de tres sombrajos!
¡Y mirad mi señor que
son pocos! Pues a ojo de buen cubero se despliegan ante mi vista más de
milenta.
Ruégote amigo Sancho
que me dejes en silencio con mis meditaciones.
Con pan y vino, bien
me sentara yo y dejaría a vuestra merced con la búsqueda.
¡No desmayes y husmea
que la montaña está limpia de maleza y solamente la quietud de los pinos anida
en estas soledades!
Diera yo un dolor de
muelas por encontrar el añoso pino y desplegar las viandas a su sombra.
Tente amigo Sancho,
que con el ímpetu de la busca no has visto esta maravilla.
De árboles en flor,
poco sé. Pero este queso que aquí traigo exhala un perfume…
Y aquí estamos ante el monumento vivo al amor que un hijo
quiso perpetuar a su padre muerto. Apenas hemos caminado no muchos minutos
desde el Ventorrillo, cuando nos encontramos con este solemne pino y su cadena
con la leyenda: “A su querida memoria 1840 - 1924” Cuando él se fue, el hombre
al que homenajea la memoria, sigue el árbol con su ramaje de vida, allí donde
la memoria se pierde, son hojas prendidas al corazón de la Sierra. A través del
pino sigue lozano el árbol dorado de la vida, más allá del olvidado tiempo y de
las ideas que pasan de la ebullición al gris diluido en la memoria.
Pino entre los pinos. Ved la leyenda en la base del frondoso tronco.
Del pino de la cadena aprendemos que más allá del tiempo,
las ramas de la vida siguen habitadas por las ninfas; allí cada mañana seguirán
bailando las palabras de amor que un padre y una madre han cantado a sus
pequeños; allí en la permanencia de la hoja verde más fuerte que el vendaval y la
tormenta sinfónica del viento, continúa presente el amor como una orquesta de quietud
y respiración universal; allí vendrán las aves y pondrán su casa de canción y de
rumor de mar; allí ante el paisaje húmedo de brillos y de sombras continúa
brotando invisible la vida que sube, tronco arriba, hasta engalanar de gotas de
rocío las estrellas azuladas de la noche y la luz infinita de la primera aurora;
allí está el pino de la cadena cantando himnos al sol naciente para recordarnos
que somos pinos nuevos en permanente ascensión hacia el momento eterno.
Desde aquí, por senderos inventados y trochas ya trazadas,
subimos en silencio y meditación hasta la Pradera de las Vaquerizas, donde la
vista se amplía sobre las montañas del fondo, sobre la nieve de Siete Picos. De
este lugar, tal vez pudiera escribir muchos sonetos y alguna endecha, pero el
sol estaba en su cumbre ya superada y nos llegó la hora del yantar que es
placer de estómagos y gaznates secos; tales momentos no están hechos para la
pluma, sino para la conversación más llana y para otear el horizonte en busca
de alguna que otra cabra que son las fieras más audaces que actualmente se
adentran en la Sierra de Guadarrama.
Javier Agra.
Si vas a Soria fliparias con la Laguna Negra en Vinuesa rodeada de Pinos centenarios, y en Covaleda en sus Rasos Tejeros y Zamplon con Pinos increibles como el mayor Pino Silvestre del Mundo ,Pino Rey con 18 toneladas casi 20 mts de alto y mas de 8 mts de perimetro basal http://lh4.googleusercontent.com/-JC0zaTONRJA/UfAWLSL0vCI/AAAAAAAAllc/tqyKp-snAZw/w384-h512-no/CIMG3402-2.jpg
ResponderEliminar