domingo, 24 de junio de 2012

PIPA:PASEO Y FILOSOFÍA


He visto el sol galopando en las primeras lumbres de madrugada, mientras conseguía desperezar a mi paseante que aún ronroneaba entre las sábanas sin darse cuenta que ya teníamos que estar surcando los sueños del amanecer entre los riegos de los parques y los trinos de bostezo de los pájaros. Amanece en Madrid – incluso en verano amanece – antes de que el día se ponga pegajoso y somnoliento; esos albores primeros son los que guardo en mi retina para mejor llevar los sudores posteriores, como si se tratara de una cesta de fruta fresca. Cada momento tiene su misterio y es necesario acoger la maravilla de cada instante.

La maravilla de cada instante… ¡Mira que se lo digo a la gente que me encuentro en los paseos! Jose, el que tantas veces me ha llevado a la montaña, dice que estoy muy filósofa esta mañana. Ese es el resultado de mis silentes paseos: pienso y me hago un ser con la naturaleza; porque somos parte de la raíz, el tronco y el fruto del universo. Desde los filósofos presocráticos hasta los pensadores que hoy escriben y piensan existe la misma corriente subterránea: todos queremos estar unidos a la naturaleza porque somos parte de su respiración.

Somos parte de su respiración amigos míos. Cada uno en su puesto para transformar el común mundo en felicidad y sonrisa. Ya se ha levantado este actor, en horas de asueto, de modo que lo llevaré a buscar las fuentes y las flores; este actor cuyo espíritu seguirá  volando como una gaviota de playa o como lejano gavilán de altura, pero siempre susurrando a los corazones que un grupo de teatro es la vida de un pueblo: porque el teatro es raíz y pétalo, sabiduría y enciclopedia, realidad y sueño. ¿Acaso existe algo más hermoso que pisar en la tierra entre el barro diario y elevar la miseria hasta que estalle en brillos de esperanza?

Me diréis que todos – actores y no actores – buscamos lo mejor para la tierra. Salgamos todos y elevemos la tierra sobre sus miserias hasta que estalle en brillos de frutos maduros.


Esta foto está tomada un lugar de La Mancha…cuyo nombre es El Toboso. Aún estaba despuntando la primavera. No os extrañéis de no verme entre los actores que observan en la plaza; yo, Pipa, estaba con la cámara.

Javier Agra.

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