Se llama Babia de Arriba o Babia de Suso,
por su origen de nombre latino, quienes para decir arriba decían sursum o sussum,
por eso se llama también Babia de Suso; abajo decían deorsum de donde derivó Babia
de Yuso. Vamos entrando en las poblaciones de Babia de Arriba. Paso a paso
estamos en Huergas. El verano aquí transcurre
lento, entre luces y paseos buscando la sombra. ¡Tendríais que haber venido
para las fiestas de San Miguel! Todavía se celebra con morcilla popular, sobre
todo si cuadra. Pero los viajeros hemos venido demasiado pronto y nos
quedaremos sin probar esas delicias del cerdo.
Tomamos el camino
de Riolago pues nos contaron que
merecía la pena visitar el Palacio de los Quiñones que lleva presidiendo las
construcciones del pueblo desde el siglo dieciséis y forma una plaza hermosa
con el caño. Apartado pueblo donde también conviene visitar la parroquia de San
Salvador. Dicen que el pueblo lleva ese nombre por el nacimiento de su pequeño
río que viene de la laguna del Chao de origen glaciar rodeada de bellísimas
cumbres que constituyen una marcha montañera para una jornada. Es este un lugar
de notables leyendas: afirman que cerca de la laguna había una cueva con
multitud de monedas de oro, que ya encontró hace muchos años un vecino del
pueblo y así comenzó su riqueza. Más dolorosa es la conseja que cuanta la
historia de una bella moza que andaba por aquellas altas brañas y fue raptado
por unos salteadores, quienes como final de su maltrato la tiraron a la laguna;
fue tan grande el dolor general que hasta las fuentes lloraron corales y perlas
y aún hoy, dicen, que en la noche de San Juan sigue saliendo una perla en la
fuente de las Abelgas.
Portada del Palacio
de los Quiñones que da a la plaza del caño.
Estamos en Babia, comarca que
albergó mucho ganado, numerosas merinas y abundante vacuno; después vino la
emigración y esta comarca se despobló, ahora vive un poco de la ganadería,
podría aumentar su entorno del turismo, algunos meses vienen descendientes de
familias emigrantes y el pueblo relumbra vida, pero ¡ay amigo, cuando avanza el
otoño…! Con estas meditaciones nos desviamos de la carretera general y subimos
a Torre pueblo a los pies mismos del
Montihuero. En un altillo… ¿pero qué no está en un altillo en esta comarca?...
se levanta el templo de San Vicente con planta de cruz latina, construido en el
siglo doce es la iglesia más notable de la comarca.
Montihuero y valle del
nacimiento del Sil, desde la cima de Peña Orniz.
Volvemos a la carretera principal y
hacemos parada en San Félix de Arce
porque queremos ver las calles de gloriosa historia verídica y de leyenda: Cuentan
que aquí opusieron contumaz resistencia a los romanos valiéndose de los métodos
democráticos de los concejos, que aseguran nacieron en esta localidad para
después extenderse por todo León y formar los modos más antiguos de democracia
que por estos lugares se conocen. Tiene San Félix de Arce restos de ermitas y
tumbas prerrománicas al pie del macizo de los Picos Albos y conserva en su
iglesia una representación de San Blas, que es la imagen religiosa más grande
de toda Babia.
Subimos hasta La Riera de Babia, pueblo encajonado
entre la musicalidad de las montañas cobijada en la palma de la Peña Burón; a
este pueblo se le llamó antiguamente San Esteban de la Riera. Es
nómada en sí mismo, pues comenzó a ser habitado más hacia el monte para
desplazarse con posterioridad hacia el valle. Sobre un
altillo se sitúa su Iglesia dedicada a San Esteban, hermosa y mística con su
espadaña apuntando al azul del cielo; en la columna izquierda se puede leer que
fue restaurada en mil setecientos noventa y cuatro por Don Juan Álvarez, vecino
y ministro del Rey en las Cortes de Cádiz. Estamos en Babia, lectores de mis
andanzas, entre gentes de abolengo, de ciencia, gentes dedicadas a las leyes,
pastores trashumantes… personas todas, las de antaño y las de hogaño, con
sentimientos, vida e iniciativa.
Myosotis. Hermosura de flora y fauna pueblan la comarca. Seguramente
habríamos ganado admiradores poniendo aquí la foto de un oso que hubiera pasado
a Babia en busca de comercio. Amables lectores, no vimos ninguno. De quienes viven
en Babia más tiempo, algunos, sí han tenido esa fortuna.
Carretera adelante, estamos en Cabrillanes
y aún nos parece escuchar el sonido de las merinas retozando por los caminos en
busca de su emigración, el mismo lamento de emigración de todos los tiempos y
de todos los lugares para buscarse la vida. Cabrillanes es la capital del antiguo
Concejo de Suso, la Babia Alta. Honramos su historia en respetuoso silencio y
continuamos hacia otros apartados pueblos. Nos acercamos a Mena de Babia que se esconde de los vientos al amparo de la Peña
del Castillo, el pueblo está tan cercano a
Peñalba de los Cilleros que el sol les saluda con el mismo rayo de luz cada
amanecer; al parecer, este pueblo pertenecía a los monjes de Corias (en Cangas
de Narcea) y en Peñalba vivía el cillero que era el encargado de la “cedilla” o
impuestos; en la fachada de una casa se puede ver el escudo del cillero.
Volvemos a la carretera principal buscando el siguiente desvío… como se verá
en la siguiente entrada del blog, pues ésta ya se está dilatando en demasía.
Javier Agra.
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